Roscon de reyes con praline de almendras

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Bolleria, Panes

Ingredientes

FÓRMULA COMPLETA

Harina en masa madre 245 g 24,5 %

Harina de gran fuerza 755 g 75,5 %

Total harinas 1.000 g 100 %

Agua en masa madre 245 g 24,5 %

Huevos 300 g 30 %

Leche entera 300 g 30 %

Agua de azahar 10-15 g 1-1,5 %

Ron u otro licor 20 g 2 %

Total líquidos 875-880 g 87,5-88 %

Azúcar 216 g 21,6 %

Huevo en glasa 30 g 3 %

Sal 11 g 1,1 %

Levadura de panadero liofilizada 7 g 0,7 %

Una rama de canela 1 unidad

Ralladura de piel de cítricos (limón y naranja) 1 limón y 1 naranja

Azúcar glas 200 g 20 %

Almendras marcona peladas 500 g (400 g para la masa y 100 g para elaborar la glasa de almendras) 50 %

Pasta de té matcha para la masa de té Matcha. 10/15 g por 1 kilo de masa (según gusto)

Almendras cortadas o fileteadas Al gusto (en torno a los 150 g)

Naranjas y otras frutas confitadas Al gusto (en torno a los 100-150 g)

Azúcar glas, azúcar boleado Al gusto (en torno a los 75-100 g)

Sorpresas y habas Que pesen poco y sean discretas y bonitas

TOTAL 2.509 g* 250,9 %

* sin contar los adornos comestibles


PRALINÉ DE ALMENDRAS TOSTADAS

Almendras marcona peladas 500 g (400 g para la masa y 100 g para elaborar la glasa de almendras)


GLASA DE ALMENDRAS TOSTADAS

Praliné de almendras (elaboración anterior) 100 g 100 %

Azúcar glas 200 g 200 %

Huevo batido con una pizca de sal 30 g (o puede que algo más; ajustar a la textura deseada) 30 %

TOTAL 330 g 330 %


LECHE AROMATIZADA

Leche entera 300 g

Canela 1 unidad

Ralladura de piel de cítricos (limón y naranja) Se necesitan 1 limón y 1 naranja


OTROS ADORNOS DEL ROSCÓN

Almendras cortadas o fileteadas Al gusto (en torno a los 150 g)

Naranjas y otras frutas confitadas Al gusto (en torno a los 100-150 g)

Azúcar glas, azúcar boleado Al gusto (en torno a los 75-100 g)

Sorpresas y habas Que pesen poco y sean discretas y bonitas


MASA FINAL

Masa madre líquida 490 g

Leche aromatizada (inicial) 240 g

Leche aromatizada (final junto con praliné) 60 g

Huevos 300 g

Harina de gran fuerza 755 g

Azúcar 216 g

Agua de azahar 10-15 g

Ron u otro licor 20 g

Sal 11 g

Levadura de panadero liofilizada 7 g

Praliné de almendras tostadas 400 g

TOTAL 2509-2514 g







Descripción

Las fiestas y celebraciones del cambio de año tienen asociada una actividad por la que los seres humanos sentimos predilección: comer. Y no comer de cualquier manera: en estas fechas toca comer mucho, y por motivos especiales. La necesidad de marcar el paso del tiempo, el reunirnos y reforzar las relaciones entre nosotros o el volver la vista atrás y hacer balance de un año que ha pasado, así como plantearse el nuevo año que vendrá, vienen acompañadas de grandes comilonas y celebraciones donde los alimentos adquieren un carácter especial. Es tiempo de generosidad culinaria y gastronómica, de derroche (dirán algunos, sin comprender del todo los mecanismos que están en juego), donde la despensa se abre para ofrecer nuestros mejores productos a la familia y los amigos. Los panes, bollos y dulces festivos son parte de este fenómeno y, como corresponde a la solemnidad del ágape, suelen contener los ingredientes más ricos, caros y especiales de la despensa del panadero y el pastelero. Desde la época medieval, que es hasta donde podemos trazar el origen de la mayoría de estas tradiciones, los dos tipos de ingredientes que asociamos a la elaboración de los dulces festivos son las especias y los frutos secos, pues no en vano representan lo más exquisito y caro de la despensa tradicional. En el caso de los frutos secos, a su delicioso sabor y exclusividad se une la conveniencia de su disponibilidad durante el invierno: los turrones, mazapanes, polvorones y muchos otros dulces navideños representan una auténtica explosión de la gastronomía de los frutos secos, presidida en nuestra cultura por las almendras. El roscón de Reyes, el típico bollo que se come los días en torno al 6 de enero, no escapa al poder de las almendras y muchas veces aparece decorado con almendras fileteadas o en trocitos o, como es tradicional en Cataluña, relleno con pasta de mazapán. Sin embargo, la masa suele formularse como un brioche relativamente convencional, enriquecido con mantequilla (en los ejemplares que merecen consideración, pues la masificación y concentración de la producción y consumo de este bollo llevan muchas veces aparejada una pérdida evidente de la calidad). Como alternativa y ejemplo del uso de una técnica que introduje en la web de Panarras.com a la que denominé «pralinés», abusando de la terminología, pues me refiero al uso de pastas de frutos secos puras, sin azúcar adicional, os propongo este roscón de Reyes en el que la mantequilla que enriquece la masa es sustituida por pasta de almendras tostadas. Sumado a la decoración con una glasa de almendras y almendras propiamente dichas, nos acercaremos a una elaboración en la que la almendra se convierte en protagonista total, un bollo con un carácter fuertemente navideño y que, a pesar de su nueva concepción, representa el espíritu más tradicional de nuestra gastronomía festiva e invernal.
Antes de comenzar, conviene realizar una pequeña introducción a la técnica que va a dominar esta receta: los pralinés. Esta consiste en sustituir el ingrediente graso en una receta por una pasta de frutos secos, aprovechando el hecho de que la mayoría de frutos secos se componen mayoritariamente de grasa o aceite. Sin embargo, es muy importante tener en cuenta que esta sustitución no se puede efectuar de forma directa. Comparemos la composición de la mantequilla con la de una pasta de almendras tostadas: Mientras que la mantequilla puede considerarse como una grasa + humedad (y un pelín de otras sustancias cuya función es muy importante, pero que, a gran escala y en una primera aproximación, podemos ignorar), las almendras proporcionan igualmente grasa en cantidad mayoritaria, pero añaden además una fracción que podríamos denominar como «seca» o «harinosa», con un elevado contenido proteico y una gran capacidad de absorción de humedad. Esta fracción seca se va a comportar como una harina a todos los efectos, con dos particularidades muy importantes: • Una fuerte capacidad de absorción de humedad. La fracción harinosa de las almendras tiene un alto contenido proteico y un poder de absorción de humedad enorme. Esto produce un efecto de sequedad sobre la masa que se ha de compensar aumentando la hidratación de la mezcla total. No olvidemos que la mantequilla aportaba humedad por sí misma, con lo que en la comparación con la pasta de almendras este efecto desecador es doble: no solo no aporta humedad, sino que además roba una parte de la ya existente. •  Una fuerza panadera nula. La fracción harinosa de las almendras no tiene ni idea de lo que es el gluten. Por lo tanto, esto obliga a trabajar con harinas de gran fuerza para compensar la pérdida de fuerza que provoca sobre la masa global. En casos de un uso extremo de los pralinés, esto puede convertirse en un problema. En esta receta las cantidades de almendras no son extremas, con lo que el solo hecho de asegurarse de utilizar una harina de gran fuerza nos mantendrá dentro de un margen aceptable.

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Para obtener más información sobre la técnica de la utilización de pastas de frutos secos en panadería y bollería, os recomiendo que visitéis la web de Panarras.com y los artículos y recetas asociadas. Allí encontraréis información sobre diversos frutos secos, así como una explicación extendida sobre los fundamentos y la técnica para calcular porcentajes y realizar nuevas elaboraciones. Este es un mundo increíblemente extenso y todavía sin explorar, y cada fruto seco y elaboración presenta particularidades que solo surgen en el proceso de creación de una nueva receta. Sin embargo, pienso que os panaderos que escogan explorar este campo podrán ofrecer bollos y panes realmente singulares a sus clientes o a sus amigos, y ¡os animo a intentarlo! Elaboraciones previas Praliné de almendras tostadas: Tostar las almendras en el horno sin convección durante 30 minutos a 150 º C. Una vez frías, triturar en un procesador de alimentos, realizando varias pasadas (unas cinco) con una duración entre 30 y 60 segundos, con un descanso mínimo de unos 10 minutos entre ellas. Se puede introducir el recipiente en la nevera entre pasadas, lo cual proporciona una mayor firmeza a la mezcla y facilita la acción de triturado y transformación en pasta. En las primeras pasadas las almendras serán todavía apreciablemente granulosas, pero a medida que los trozos vayan siendo más pequeños la textura debe ser la de una crema fina, con alguna partícula ocasional.
1. Glasa de almendras tostadas: Se utilizará para la decoración final del roscón. Mezclar una parte de la pasta de almendras ya preparada (la cantidad viene indicada en las tablas), el azúcar glas y el huevo batido con una pizca de sal hasta obtener una pasta bastante densa pero que se pueda aplicar con una manga pastelera. Si queda muy seca, añadir con cuidado un poco más de huevo. La textura ha de ser todo lo viscosa posible sinlevaine atasque en la aplicación. Esta preparación puede conservarse en la nevera, pero se empleará a temperatura ambiente. 2. Leche aromatizada: Calentar hasta unos 65 ºC la leche con la rama de canela y la piel de limón y naranja ralladas y mantener durante unos 5 minutos. Dejar enfriar por completo. 3. Masa madre: El uso de una masa madre natural del tipo de las empleadas para el panettone (masas madre con una hidratación extremadamente baja y cultivadas en condiciones de saturación de CO2) es interesante para esta receta. Sin embargo, no disponemos de la extensión suficiente para detallar de este tipo de elaboraciones y podría despistar del asunto que nos interesa, aunque espero realizar ciertas aportaciones a este asunto en un artículo futuro. Por ello, la receta se ha planteado con un método mixto en el que se combina el uso de una cantidad de masa madre natural «más normal» con levadura de panadero. La propuesta es, por tanto, emplear un levain líquido al cien por cien de hidratación, en un estado joven. Una combinación de refrescos, tiempos y temperaturas típica puede ser la de un refresco 1:2:2 (una parte de masa madre original por dos de harina de gran fuerza y dos de agua) y dejar fermentar durante 3 a 4 horas a unos 25 ºC. Sin embargo, en este punto cabe reconocer que cada panadero tiene unas técnicas y preferencias particulares sobre la utilización de la masa madre natural, y que, por supuesto, existen múltiples alternativas a esta combinación, sin olvidar que cada fermento pide unos tiempos y temperaturas acordes a sus propias necesidades. 4. Otros adornos del roscón: Naranjas confitadas, guindas, almendra picada o fileteada, o azúcar glas. Todo depende de la creatividad, el gusto y la costumbre del panadero.

Instrucciones

1. Amasado: Incorporar los ingredientes líquidos (exceptuando un 25 por ciento de la leche aromatizada) a la masa madre y mezclar durante 1 minuto. Incorporar la harina y mezclar hasta obtener una masa homogénea. Dejar descansar la masa durante unos 30 minutos, incorporar la sal y la levadura y continuar el amasado hasta que la masa se desprenda de las paredes o resulte fácil formar una bola lisa y sedosa. Añadir el azúcar progresivamente hasta tener de nuevo una masa lisa y suave. Dejar reposar 10-15 minutos. Por último, incorporar de manera progresiva el praliné de almendras mientras se añade la leche reservada. Eso ayuda a la incorporación y evita que la pasta de almendras seque la masa en exceso. Ajustar el nivel de líquido según lo pida la masa, pues cada pasta de almendras tendrá unas propiedades higroscópicas ligeramente diferentes y serán necesarias la experiencia y sabiduría del panadero para obtener la textura de brioche deseada. (Enseguida se podrá observar cómo la incorporación de la pasta de almendras endurece y seca la masa de forma casi instantánea.) Si se realiza el amasado en máquina, conviene vigilar la temperatura, pues el proceso será relativamente largo. Hay que evitar superar los 25-26 ºC. Si es posible, evitar emplear velocidades rápidas. Al respecto, es buena idea mantener la textura de la masa dentro de unos valores que la amasadora empleada sea capaz de manejar, reservando parte del líquido y, sobre todo, evitando tener una textura de la masa excesivamente líquida, lo que tal vez sea la mayor dificultad en la elaboración de masas de tipo brioche. En este caso, al ser la proporción entre ingredientes líquidos y harina cercana al 78 por ciento (cálculo efectuado antes del añadido del praliné), no debería haber demasiados problemas, siempre que el proceso se realice siguiendo estos pasos en orden. 2. Fermentación en bloque: Dejar reposar la masa durante 1 hora aproximadamente, y retardar en frío (6 ºC) durante un mínimo de 8 horas. 3. Pliegues: Hacer un pliegue, justo antes de pasar la masa en bloque al frío. Debe ser suave. No es necesario ni beneficioso desgasificar totalmente la masa. 4. División y formado: Dejar atemperar la masa durante unos 30 minutos para trabajar con ella a una temperatura fresca pero no fría. El praliné de almendras perjudica la extensibilidad de la masa, en comparación con una masa equivalente elaborada con mantequilla. De ahí la necesidad de manejarla en el entorno de los 12-15 ºC. Con 1 kg de harina (para el que está escalada la receta) es posible elaborar tres roscones de buen tamaño. Desgasificar la masa, dividir y bolear, dando tensión. Dejar reposar unos 10 minutos antes de practicar un agujero en el centro. A partir de este, dar forma toroidal a cada pieza, trabajando poco a poco. Si se quiere, practicar un corte en V desde abajo para introducir la sorpresa o el haba en cada pieza (las tijeras son muy útiles para ello), y cerrar cuidadosamente disimulándolo con un poco de agua para que no quede marca que desenmascare la ubicación de las sorpresas. Esta masa es delicada y pide un trabajo lento y progresivo: intentar forzar el formado o tensar de más el boleado puede provocar un desgarro superficial. Cabe pensar que el uso de las almendras le otorga una cierta personalidad de «bollo integral» en su comportamiento. Es bueno imaginar que trabajamos con este tipo de harinas para comprender las necesidades de esta masa. 5. Fermentación final: Pintar con huevo batido con una pizca de sal (si se quiere, se puede retirar parte de la clara de este huevo para tener un efecto más brillante y sedoso) y dejar crecer a unos 25-26 ºC en un ambiente saturado de humedad durante unas 2 horas. 6. Decoración y acabado: Pintar otra vez con el huevo batido. Disponer la glasa de almendras a temperatura ambiente con la manga pastelera concentrándola en la parte superior (tiene tendencia a deslizarse «cuesta abajo»). Finalizar con las frutas confitadas, almendras, azúcar glas o azúcar boleado, siguiendo los dictados del gusto personal. Cabe recordar que la almendra debe ser la decoración predominante de este roscón, como corresponde a su naturaleza. 7. Horneado: Para un roscón de unos 750 g, el tiempo total es de 30 minutos, en un horno con calor equilibrado arriba y abajo sin convección, divididos de la siguiente manera: • 10 minutos a 190 ºC con la salida de vapor cerrada si es posible. • 10 minutos a 170 ºC abriendo la salida de vapor. • 10 minutos a 160-170 ºC en función del color que se quiera obtener.
Dependiendo de las particularidades de la distribución del calor de cada horno es posible que haya que mover o rotar algún roscón para obtener una tonalidad uniforme. Solo debe hacerse en el último tercio del horneado. Otras cuestiones Por último, me gustaría subrayar el carácter experimental de esta receta. Cuando desde Panarras.com quisimos proponer la sistematización del uso de pastas de frutos secos en panadería y bollería, pronto nos dimos cuenta de que solo habíamos dado un par de pasos en un paisaje cuya diversidad y profundidad no alcanzamos a vislumbrar. Desde el añadido de una pequeña cantidad de pasta de sésamo en un pan «normal» hasta la elaboración de brioches extremadamente cargados de los aromáticos aceites de las nueces o las avellanas, la variedad intrínseca de los frutos secos, su utilización en crudo, tostados, fritos o cocinados de otras formas, y las interacciones tan complejas que efectúan con las masas, todo ello forma un apasionante mundo que aún debemos descubrir. Esta receta podrá gustar más o menos que la del roscón que cada uno elabora en su obrador o en su casa, pero espero que despierte la curiosidad por esta utilización de los frutos secos, esos ingredientes tan deliciosos.